Siempre que vivo situaciones complicadas con otras personas que tienen mal rollo, uso White Angelica y luego actúo con su ayuda. Es como el ángel blanco protector que me ayuda con mi seguridad y mi fuerza interna. Con ella tomo conciencia de lo que soy y de lo que hay a mi alrededor, tal como es, y luego actúo.
¡Dame un poco de paz, Ángel Blanco!
Dos gotas de White Angelica bastan. Caen suaves y decididas en la palma de mi mano que espera abierta y receptiva. Froto rápido, antes de que desaparezcan dentro de mi piel y pueda llevarlas a mis muñecas. Insisto frotando las manos, otra vez, como si eso le trajera de vuelta y comparto su esencia con mi cuello, mis hombros y mi pecho.
Luego empieza mi viaje de calma. Permanezco entonces en el momento adecuado y en el lugar indicado. La alquimia de esta mezcla me apoya, me mantiene serena y me asiste. Estoy en mi centro y de allí no salgo, por un momento, sin enfados ni frustraciones. Todo está claro, puro.
White Angelica es una mezcla protectora compuesta por doce de los más exquisitos aceites esenciales: Mirra, Bergamota, Sándalo, Geranio, Ylang Ylang, Spruce o Picea Mariana, Palo de Rosa, Cilantro, Hisopo, Melisa, Rosa y Angélica, con aceite fraccionado de coco (virgen) para estabilizar la fórmula.
Es otro nivel. Puedo entender y percibir el espacio de otros, y respetarlo; pero también reconozco mi espacio propio y lo defino.
¡Pruebo otra vez, dos gotas más!