El proceso de morir puede incluir visiones, “visitas” de familiares o amigos ya fallecidos, sueños premonitorios o clarividentes, contactos telepáticos y coincidencias sincrónicas que aparentemente no guardan relación [1].
Y todo esto puede pasar independientemente del miedo que pueda sentir quien va a morir que, conociendo o no el diagnóstico, intuye y se da cuenta de que será el final.
También se da por descontado el hecho de que esto pasa, también, independientemente de la calidad de vida que se tenga al final de la vida y de que tengan las menores molestias posibles y el sostén físico, mental, social, emocional y espiritual que se necesiten.
Por parte de familiares quedará bien trabajarse la sabiduría, la compasión y la calma necesarias para estar presentes en el proceso de morir de quien queremos [2].
Y para quien se va, el aceite esencial de Rosa le asistirá en el proceso de irse; le ayudará a pasar con equilibrio y con armonía y a mantener su mente tranquila y sosegada, lo que le ayudará a hacer su transición al mundo espiritual en un estado de total bienestar.
[1] El título del artículo lo hemos tomado del libro de Peter Fenwick –neuropsiquiatra y neurofisiólogo– y su esposa Elizabeth Fenwick, autora de varios libros y quien se ha dedicado durante años a la asistencia psicológica de enfermos terminales. Puedes saber más del libro siguiendo este enlace.
[2] Mira nuestro artículo Perder a un ser querido.