Estamos tan centrados en los ojos que podríamos llamarnos “visualistas”. Todo está tan centrado en el sentido de la visión que cuando cerramos los ojos para imaginar cualquier cosa nos expresamos con frases como “poner la mente en blanco”, “visualiza” o “no veo nada”. Nuestro trabajo se centra en incluir el sentido del olfato dentro de la búsqueda y el crecimiento interior.
La propuesta se desarrolla y es posible porque ya ha sido probada por diversas culturas no occidentales, lo que demuestra que los valores olfativos están latentes en la condición humana, listos para ser expresados. Esto no significa que tenemos que dejar de darle importancia a lo que vemos, pero sí de fomentar el desarrollo del olfato, lo que nos ayuda a tener una visión más realista de lo que realmente somos.
Dando una nueva dimensión al olor
Existen ejercicios muy creativos para desarrollar nuevas dimensiones del olfato, haciéndonos participar en papeles que poder desempeñar sin problemas en la interacción con otras personas y en la construcción de una nueva autoimagen.
Como ejemplo puede tener cabida en el arte, donde se puede ampliar el registro multisensorial de una obra, simplemente construyendo figuras o pintando lo que sugiere un olor o, al contrario, a partir de una obra específica, encontrar un olor.
Imagina un cuadro como “La fábula de Aracne –las hilanderas– de Velázquez ¿Cuántos olores tiene el cuadro? ¿toda la habitación principal huele igual? ¿y la del fondo, cómo huele? Hay una puerta a la derecha que da a una habitación oscura ¿a qué huele esa habitación? ¿y la gran cortina roja, a qué huele?
Asistimos, por otro lado, a la aparición de investigaciones más cotidianas y menos académicas que nos divierten mientras abrimos nuestra mente a la imaginación generada desde el olfato. También podríamos crear mezclas que se inspiren en una obra de arte específica: una pintura, una pieza musical o un poema.
Aplicaciones menos artísticas, pero no menos importantes, podrían ser el incluir olores específicos como parte integral de la decoración del hogar, o siendo más curiosos, empleando uno específico creado solo para combinar con la decoración de cada habitación. Desde luego, no seríamos los primeros en seguir el camino de incluir olores especialmente diseñados para una pieza de joyería, un papel de regalo o en crear mezclas para viajes o lugares especiales.
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