Cada vez hay más opiniones y estudios [1] a favor de aceptar que hay una parte de tu memoria que existe grabada en tu cuerpo, que vive de su acción y que determina en ti una disposición conductual y un ánimo que se convierten en una parte esencial de tu forma de ser y la conciencia del cuerpo es darte cuenta de eso.
La memoria de tu cuerpo le da sentido tu pasado y le añade “tu firma personal”, tu estilo. Es ese sentido y ese estilo lo que te ayuda, por encima de tus funciones mentales, a mantenerte dentro de lo que eres, dentro de quién eres. Esa memoria se establece, siempre, como una guía de lo que eres y aunque no lo eliges así, está ahí, y aparece cuando es necesaria para causarte repulsión o alegría ante una situación en la que estés implicado.
La conciencia de tu cuerpo no es más que ser consciente de que tienes esas memorias y de que forman una parte importante de cómo eres y de cómo estás. Ser consciente en este sentido es establecer una comunicación con tu cuerpo en la que tú le escuchas y le observas y él te muestra sus acciones ocultas.
La conciencia de tu cuerpo es comunicarse más y mejor contigo, de manera que tu cuerpo comparta la información que tiene guardada de ti para que puedas usarla de formas diferentes:
Un viejo chiste puede explicarte la idea:
Maestra: “Jaimito, ¿sabes que si traes dulces tienes que compartirlos?”.
Jaimito: “Lo sé maestra. Por eso los estoy compartiendo conmigo mismo ahora”.
Incurable Jaimito, pero ¿Puedes imaginar la cara de gusto de Jaimito? ¿y la de frustración de la maestra? Esa es la clase de señales que te da tu cuerpo: puedes sentir el gusto y la frustración en esa situación. Están ahí dentro de ti, salen porque salen, sin más.
La conciencia del cuerpo te permite tener valoraciones instrumentales de lo que está pasando y te ayuda a mantenerte, objetivamente, dentro de tu propio espacio.
[1] Mira los artículos anteriores para ver los estudios y trabajos que motivan esta conclusión.
La información contenida en este artículo ha sido preparada por Nidore Essentia únicamente con propósito publicitario e informativo. La información contenida en ellos no está destinada a diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. Si nunca has utilizado aceites esenciales, debes tener en cuenta que deberías hacer una pequeña prueba en una zona de la parte interior del brazo y dejarla reposar para ver cómo reacciona tu piel. Algunos aceites esenciales son fotosensibilizantes, pregunta a quien te los venda antes de usarlos. Si tienes algún problema de salud, deberías preguntar a tu médico si es adecuado el uso de aceites esenciales en tu caso.